Tocando a tu puerta

  Sin darnos cuenta en nuestro día a día hemos construido ciertas rutinas que tendemos a seguir y a las cuales nos adecuamos, en ciertos momentos nos vemos en medio de muchos afanes y compromisos, y en otros podemos tomar un espacio y descansar de la carrera. Igualmente en medio de esto tenemos retos, metas, objetivos por alcanzar, o posiblemente solo nos dedicamos a tratar de disfrutar nuestras vidas y buscar la felicidad. Buscamos motivaciones, cosas por realizar, objetivos por conseguir, aunque igualmente a veces no tenemos motivación y simplemente pasamos el día. Pero, nos hemos detenido en algún momento a pensar si estamos viviendo la mejor versión de nuestras vidas, quizás haya algo que cambiar, entendemos realmente la razón de nuestra existencia? (si... se que puede sonar exagerado para algunos hacerse estas reflexiones o quizás suene un poco tonto, otros no lo ven así).   Es bueno en ciertos momentos detenerse un poco, pensar y ver de donde venimos, donde estamos y a donde vam

Etiquetas... Tendemos a clasificar y a de alguna manera “marcar” para poder diferenciarnos unos de otros, lo cual no es malo en sí mismo, lo malo -pienso yo- es cuando tendemos a estigmatizar, lo cual es la forma negativa de definir a alguien imponiéndole un estereotipo o cargándolo de prejuicios. He aquí un problema que veo con las religiones, y es cuando te enmarcas, defines o identificas irrevocáblemente e incluso fanáticamente con alguna etiqueta religiosa . No planeo discutir a fondo que es la religión, el porqué existe, sus orígenes, historia, etimología, ni nada de eso, es bastante tema. De hecho hay carreras universitarias bastante extensas para estudiar las religiones y su influencia en la humanidad, sería súper atrevido de mi parte ignorar que es un tema muy complejo y profundo. Sin embargo puedo comentarles mi experiencia y visión de ella. Que religión eres? Si tú me preguntas seguramente te voy a decir que no pertenezco a ninguna religión tal como comúnmente conocemos, tra