Un subestimado valor

Todos en algún momento de nuestra vida hemos experimentado el dolor ocasionado por una falta u ofensa ya sea en menor o mayor grado. Este dolor puede venir a consecuencia de las mentiras, las humillaciones, el rechazo, el abandono, decepciones amorosas, infidelidades, falta de lealtad, traiciones, robos, golpes físicos y emocionales, engaños y muchas mas formas, dejando marcas externas o internas en nosotros, que finalmente se traducen en heridas sentimentales. Pueden ser marcas mas dolorosas cuando los causantes son nuestros seres queridos o amigos mas cercanos.

Sin embargo, debemos reconocer que además de ser víctimas también hemos podido ser los victimarios, causando esas heridas en los demás.

Es aquí cuando en medio de esta penosa ruina surge ese subestimado valor llamado "Perdón".

Perdonar implica no exigir restitución, pasar por alto, dejar atrás, no necesariamente olvidar, mas bien recordar sin rencor, dejar el resentimiento el odio y la amargura, renunciando a la venganza y al ojo por ojo, diente por diente. Al perdonar somos liberados, podemos seguir adelante, libres del dolor y permitimos que esa herida sea sanada. No es nada fácil realmente, no podremos hacerlo con nuestra propia fuerza de voluntad o deseo, requiere que sea una decisión, acción y determinación nacida por el poder de Dios.

Un perdón genuino sólo puede ser engendrado por aquél quien tiene la mayor capacidad de perdón posible, es decir, de Dios. Comprender que Él entregó a su hijo amado a un horrendo castigo sin merecerlo por amor a ti y a mi, para que hiciera justicia, para que pagara nuestra deuda nos da una motivación real por perdonar. Este sacrificio debe conmover nuestro ser a decidir perdonar a quienes nos hayan herido; este acto tan único de amor nos deja sin argumentos para retener el perdón a quien nos ofendió, si Él se entregó por mi para perdonarme, justificarme y regalarme su paz, como no podré perdonar?

El perdonar es necesario para ser perdonados, mira lo que dice:

Mateo 6:14-15 "Porque, si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. Pero, si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas"

Cuanto debemos perdonar? Hay un límite de veces? Será que necesitamos un registro del número de veces? Esto encontramos:

Lucas 17: 3b-4 "Si tu hermano peca, repréndelo; y, si se arrepiente, perdónalo. Aun si peca contra ti siete veces en un día, y siete veces regresa a decirte “Me arrepiento”, perdónalo."

Mateo 18:21-22: "Entonces Pedro, acercándose a él, dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?
Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete."

En algunos casos llegar a un nivel de perdón real se vuelve un proceso, el cual implica tener que acercarnos sinceramente a Dios, sin prejuicios ante sus enseñanzas y que con su fortaleza podamos realmente perdonar. 

El perdón no es un sentimiento, es difícil querer sentir perdonar a alguien, si esperamos sentir perdonar puede que duremos toda la vida ese sentimiento que no llegará; en su lugar requerimos decidir hacerlo, decidir renunciar al odio, rencor y resentimiento que nuestra auto-justificación nos dice que debemos sentir. Luego de haberlo hecho encontraremos una paz gobernando nuestros pensamientos y respiraremos en tranquilidad un nuevo aire.


Comentarios

Publicar un comentario